El día que Carlos Hermosillo jugó con chaleco antibalas

Solo 10 minutos de juego, un golpe, sangre y un penal para convertirse en el héroe del último título de Liga de Cruz Azul. La figura de Carlos Hermosillo se convirtió en la imagen de la gesta aquel domingo 7 de diciembre de 1997 en León, donde La Máquina conquistó su último campeonato.

Fue en la Semifinal contra Atlante en la que Hermosillo sufrió una lesión en las costillas que le imposibilitó disputar la Ida de la Final ante León y solo pudo entrar hasta el minuto 106, en el segundo tiempo extra del partido de Vuelta. Pero eso fue suficiente para anotar y convertirse en campeón junto con los celestes que levantaron su octava Liga.

Para poder tener acción en la cancha, las palabras de Fernando Tena fueron claras: “solo si es estrictamente necesario”, contó el delantero para hace tres años. El entrenador sabía que podría necesitar del delantero y por ello idearon una estrategia para proteger las costillas de Carlos Hermosillo: un chaleco antibalas.

“Fue una gran decisión y lo mejor que me pudo haber pasado. Fue un partido difícil porque se daba en León, pero estábamos muy bien concentrados y se me dio la oportunidad de entrar a mí, que me dijo Luis Fernando Tena, porque sólo iba a entrar si se necesitaba y tuve la fortuna de entrar y poder definir el partido”, rememoró Hermosillo.

La historia empezó cuando tenía 10 minutos en la cancha. Ángel David Comizzo le propinó una patada con toda intención al delantero celeste. La sangre brotó del pómulo del cementero quien se encargó de cobrar el penal para darle el campeonato a La Máquina y tras el sufrimieto, ganarse el titulo.

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